Thursday, April 26, 2007

A plan from Berlin

Uruguayan ex-president Luis Alberto Lacalle presented a plan “to rebuild” Cuba “once the dictatorship falls” and the country “is headed toward democracy,” according to AFP.

“Plan Marti,” Lacalle said, “has to do with the remaking of a country that will be left destroyed in every sense.” A “great effort will be necessary from the international community and the Cuban community – in exile and within Cuba – for reconstruction,” he added.

The plan itself does not appear to be available online, but statements from Lacalle and other participants appear on the Spanish-language page of Radio Prague.

2 comments:

Enrique Soldevilla said...

Sr. Peter, me parece que los reunidos en Berlín carecen de información genuina sobre las perspectivas probables del tema cubano. Al carecer de inside info, tocan el piano de oído. Y la propuesta del ex presidente Lacalle contribuye a cerrar aun mas a la cúpula de poder en la isla.

Karamchand said...

Vaya caramba, tengo que volver a escribir lo que puse.
No ha existido presión alguna en todo el decursar de la dictadura, que le haya hecho ceder. Sólo después del derrumbe de la URSS, hio algunas concesiones, y a fecha de hoy, las ha ido removiendo todas las que ha podido. Con el subsidio venezolano, la necesidad de concesiones ha terminado.
El panorama como lo veo, parte del hecho de la cada vez mayor oposición al gobierno y la situación igualmente empeorando para el cubano, ambas son directamente proporcionales; es en esto y la posible presión internacional, donde descansa la posibilidad de cambios. La variable Fidel, es influyente, pero no determinante, como quedó demostrado en los meses anteriores y hasta la fecha. Aun son muchos los del círculo de poder, que no tiene otra salida que perpetuar el gobierno a toda costa en la forma que está o con la continuidad definitiva de Raúl al mando. Les garantiza su status.
La otra variable, y esta si totalmente imponderable, sería algo como lo de 1994, la variable pueblo, pero esa, ni los historiadores han podido predecirla como efectiva o imposible, como demuestra la historia. El gobierno lo sabe, y reprime duramente la más mínima desorganización social. No obstante, en esa misma represión, descansa el peligro de una rebelión definitiva que termine con el reinado de los Castro.